Cómo introducir dos periquitos que no se conocen

La convivencia de dos periquitos puede ser una experiencia gratificante para ambos animales y para su dueño, enriqueciendo su vida y proporcionando horas de entretenimiento. Sin embargo, presentar a dos periquitos que no se conocen puede ser un proceso delicado que requiere paciencia y una estrategia bien planificada. Si no se hace correctamente, podría resultar en peleas constantes, estrés y, en casos extremos, lesiones graves. Por ello, es crucial abordar la introducción con cuidado, asegurándose de que ambos animales se sientan seguros y se adapten gradualmente a la compañía del otro.
El éxito de esta introducción depende en gran medida de la personalidad de los periquitos individuales y de la forma en que se presentan. Algunos periquitos son más tolerantes y abiertos a la convivencia, mientras que otros pueden ser más territoriales y propensos a la hostilidad. A pesar de las diferencias, con una planificación cuidadosa y un enfoque gradual, se puede facilitar una transición pacífica y construir una relación armoniosa entre los dos periquitos. La paciencia es, sin duda, la clave para lograr un resultado positivo.
Etapa 1: Aislamiento y Familiarización con el Nuevo Entorno
El primer paso es el aislamiento. Es fundamental mantener a los dos periquitos separados en jaulas distintas, preferiblemente una al lado de la otra, para que se puedan ver y oír entre sí sin contacto físico directo. Durante este periodo inicial, que puede durar de 1 a 2 semanas, focalízate en familiarizar a cada periquito con su nueva habitación. Asegúrate de que cada jaula tenga acceso a comida, agua, juguetes y un lugar para esconderse, creando un espacio cómodo y seguro.
Introduce regularmente golosinas y premios en las jaulas separadas para crear asociaciones positivas. Hablarles suavemente a cada uno, con un tono alegre y tranquilizador, les ayudará a asociar tu presencia con algo agradable. Evita forzar la interacción y permite que se acostumbren al olor y a la presencia del otro sin presión. La observación cuidadosa te permitirá detectar cualquier señal de estrés o incomodidad.
Es importante mantener una rutina consistente para reducir la ansiedad. Los periquitos se sienten más seguros cuando saben qué esperar. Alimentarlos, limpiar las jaulas y ofrecerles tiempo de juego a la misma hora todos los días les proporcionará una sensación de estabilidad y seguridad en su nuevo hogar. La calma en tu entorno también influirá positivamente en el proceso.
Etapa 2: Introducción Visual y Auditiva
Una vez que ambos periquitos se vean cómodos en sus jaulas separadas, puedes empezar a permitirles mirarse unos a otros sin la posibilidad de contacto directo. Al principio, puedes colocar las jaulas muy cerca una de la otra, permitiéndoles verse a través de una reja o una barrera de malla fina. Supervisa atentamente su comportamiento, observando si hay signos de tensión o agresión.
Si notas alguna señal de conflicto, como graznidos fuertes, movimientos bruscos o intentos de atacar, separa las jaulas de nuevo y retrocede en el proceso. Puedes intentar aumentar gradualmente la distancia entre las jaulas en el futuro, pero siempre priorizando la seguridad de ambos periquitos. Introduce música suave o ruido blanco, para ayudar a enmascarar los sonidos y reducir el estrés.
Utiliza juguetes o comederos que estén ubicados en el mismo lugar para cada jaula, acercándolos gradualmente hasta que se encuentren en el mismo espacio. Este enfoque les permite interactuar en un entorno neutro y establecer una relación más positiva. La observación continua es crucial para identificar y corregir cualquier problema potencial.
Etapa 3: Presentaciones Cortas y Supervisadas
Cuando ambos periquitos se muestren tranquilos al mirarse, puedes comenzar a realizar presentaciones cortas y supervisadas. Durante estos encuentros, asegúrate de que haya una barrera que les impida luchar. Puedes utilizar una jaula común, un recipiente de plástico o incluso una caja de cartón con agujeros para ventilación.
Supervisa atentamente sus interacciones, interviniendo si es necesario para separarlos si se empiezan a pelear. Ofrece recompensas, como golosinas o elogios, cada vez que se comporten de manera tranquila y amigable. Estas recompensas refuerzan el comportamiento positivo y fomentan la confianza. Considera la posibilidad de usar un objeto familiar, como una pluma, para distraerlos si la situación se pone tensa.
Reduce la duración de estos encuentros gradualmente, aumentando la duración a medida que se sientan más cómodos. Siempre termina la sesión de manera positiva, separándolos antes de que surjan signos de estrés o agresión. La flexibilidad es importante; si un día no va bien, no te desanimes, intenta de nuevo al día siguiente.
Etapa 4: Interacciones Controladas con un Perchero Compartido

Una vez que los periquitos se muestran cómodos en la jaula común, puedes introducir un perchero compartido. Esto les permite interactuar físicamente sin la posibilidad de luchar. Comienza colocando el perchero en el suelo entre las jaulas, permitiéndoles explorar y familiarizarse con él.
A medida que se sientan más cómodos, puedes elevar el perchero hasta que estén a la misma altura. Observa atentamente su comportamiento durante estas interacciones, interviniendo si es necesario para separarlos si se empiezan a pelear. Utiliza un objeto como una pluma o una ramita para distraerlos y redirigir su atención si se ponen agitados. La seguridad de ambos es primordial.
Asegúrate de que el perchero sea lo suficientemente grande para que ambos periquitos puedan usarlo cómodamente sin estar demasiado cerca el uno del otro. Enseña a cada periquito a usar el perchero por separado y luego observa cómo interactúan mientras lo comparten. La paciencia y la observación son fundamentales en esta etapa.
Etapa 5: Integración Completa
Con el tiempo, y siempre y cuando la introducción se haya llevado a cabo con éxito, los dos periquitos deberían comenzar a vivir juntos en armonía. Observa atentamente sus interacciones y asegúrate de que no haya signos de conflicto persistente. Mantén una rutina consistente y proporciona a ambos periquitos un entorno enriquecedor y estimulante.
La clave para una convivencia pacífica es la constancia y el amor. Aprovecha para disfrutar de la compañía de tus periquitos, observando su comportamiento y construyendo una relación sólida con ellos. Si encuentras problemas persistentes, busca el consejo de un veterinario aviar o de un experto en comportamiento de aves.
Conclusión
La introducción de dos periquitos que no se conocen es un proceso que requiere tiempo, dedicación y una gran dosis de paciencia. No hay garantías de éxito, pero al seguir un enfoque gradual y atento a las necesidades individuales de cada ave, se pueden aumentar significativamente las posibilidades de lograr una convivencia pacífica y armoniosa. Recuerda que cada periquito es un individuo con su propio temperamento y personalidad.
En última instancia, el objetivo es crear un ambiente seguro y positivo donde ambos periquitos se sientan cómodos y aceptados. Un entorno rico en estímulos, con juguetes, espacio para volar y una alimentación adecuada, contribuirán al bienestar general de ambos animales y les permitirán establecer una relación duradera y gratificante. La observación constante y la respuesta a sus necesidades son la base de una convivencia exitosa.
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